The Smiths. Música, política y deseo
Errata Naturae editores
«Hay quien dice que en España no hubo una verdadera Ilustración. Si un grupo de pop te ayuda a entender eso, bienvenida sea la lección»
Vanessa Pellissa
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El paso de los años, de los discos que oyes, de los amigos que te hablan de The Smiths en bares, conciertos y garitos de mala muerte e incluso aquellas personas encolerizadas contigo por no darle relevancia al grupo de Manchester, hace que uno mismo se plantee hasta que punto uno ha estado equivocado con Morrissey y los suyos. Tras leer este libro e indagar (a todos los niveles) en el profundo calado, no sólo musical, sino también social, político, cultural y sentimental que han generado en varias generaciones, a un neófito como yo le han dado ganas de arramplar con ediciones originales en vinilo de todos los discos de The Smiths (por el momento me conformo con escuchar un recopilatorio que un amigo danés me regalo por mi cumpleaños al comprobar que no tenía nada de la banda).
El libro publicado por Errata Naturae está dividido en tres partes bien diferenciadas. La primera de ellas, denominada Contextos, rastrea en la obvia y por un tiempo escondida interconexión entre los discos del grupo y la situación sociopolítica de la Inglaterra de mediados de los ochenta, dominada con mano firme por Thatcher y sus correligionarios. Una exhaustiva visión multidisciplinar que une con fino estilete la coyuntura política, urbanística y económica con la estructura musical de una banda en pleno auge.[/column] [column size=’1/2′][/column]
La segunda parte del libro, la más académica, donde a veces la letanía de lo expuesto dificulta el avance del mismo, aborda la trayectoria ética, estética y epistemológica de The Smiths y su reflejo en la cultura popular y académica contemporánea. De forma muy acertada se titula Tensiones, algo que queda muy patente en lo expuesto por Nadine Hobbs y la «música del cuarto género». Por último, Formaciones. Seis exquisitos textos, donde los autores abordan su aprendizaje y experiencia con entrañable nostalgia redactora que a veces se parece a lo escrito por Benjamín Prado «un monstruo de tres sílabas que devora la razón», pero que aquí se transfigura en relatos y crónicas que se leen con fruición, tal como demuestran las realizadas por Antonio Luque, Manu Ferrón o el muy Hornbyano Simon Armitage.
Cierro con una nueva cita de Benjamin Prado que viene al pelo: «La nostalgia es una droga alucinógena que te hunde a la vez que te alivia, te hace sonreír mientras te clava en la espalda sus pretéritos perfectos e imperfectos».
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas
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