Que no se te note
Rocío Saiz
Roca Editorial
El sistema cultural de análisis de la problemática emocional y vivencial ha intentado seguir los pasos más academicistas posibles, estando estos arraigados en la cultura heteronormativa dominante. Esta Academia ha institucionalizado los estudios sesudos y rígidos en su forma como método validado para la comprensión del mundo que, o bien nos rodea, o bien nos sacude por dentro.
Afortunadamente, estos patrones se están derrumbando desde hace bastante tiempo, no sin dificultad, pero he aquí que el primer libro de la multifacética (actriz, cantante en Las Chillers, Monterrosa y proyecto propio) y activista Rocío Saiz aparece en el panorama editorial para poner su granito o roca en este desmantelamiento de las estructuras tradicionales de conocimiento personal y social.
Saiz expone sin ambages y con una estructura narrativa que camina entre el ensayo, el teatro y el monólogo interno, su camino de dolor, sufrimiento, miedo, ilusión, esperanza, adicción, amor, ternura, lloro, ansiedad, desesperación, destrucción, muerte, lucha, frustración, medicación y anhelo de vivir libremente.
Todo ello, con la particularidad manifiesta de vivir en un entorno hostil hacia aquel que cree en valores más allá de lo material, donde el magma del odio hacia el lesbianismo y hacia la mujer azota su ya de por sí agitada y oculta historia (mención aparte merece lo apuntado por la propia Saiz con relación a la institución franquista – y clausurada un año después del primer gobierno socialista- conocida como Patronato de Protección a la Mujer) y más allá de la perenne tristeza y precariedad que azota a una generación en perpetuo estado de convulsión emocional y sentimental.
A pesar que la propia Saiz advierte de lo necesario del humor para afrontar esta clase de tristeza, estamos ante un libro que, a pesar de su agilísima lectura, es una galvánica y disruptiva narración (una metáfora como“… tengo la sensación de vivir en una ruptura constante dentro de un after “es digna de alabanza) en primera persona que termina por someter a sus personajes a su propio ritmo narrativo y necesidad de romper esquemas, agitar conciencias y visibilizar muchas luchas soterradas por una sociedad desquiciada, enferma y en cierta forma maliciosa, que aplicó severa disciplina hacia la protagonista con la dura sentencia que hace de título de este libro, que no se te note, y que ella misma trata de despojarse de esa herencia, haciéndose notar.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas