Reseña libro «Coños como el de Marta»
Diana Aller
Libros de Autoengaño
«El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.»
Simone de Beauvoir
El primer libro de la escritora, periodista, guionista y Dj, Diana Aller (cuyo blog es un referente desde hace muchos años) tiene numerosas virtudes, de entre las cuales, destacan la gran creación que realiza tanto en su capítulo inicial como en el final (evitaré cualquier tipo de destripe de este). Un inicio que va «duro y a la encía», sin concesiones, con un realismo crudo de inmensa belleza y gran capacidad descriptiva que te sumerge de lleno en una narración poliédrica, hasta llegar a un final del que te puedes esperar mucho, pero no esperas lo que acontece, narrado con vigorosa prosa de alto calado emocional, sentimental y evocador de ese instante concreto.
El libro repasa la vida de Valeria en una primera persona militante, reivindicativa, reflexiva, feminista, urbana y naturalista. Una mujer que a través de su relación con Marta y su obsesión con su coño, describe de forma pautada e introspectiva su biografía, descubriéndonos no solo sus relaciones y momentos vitales más relevantes, sino que también ejerce de ensayista al reflexionar en muchas de sus páginas (algo que en algunos momentos, sobre todo al principio de la misma, lastra levemente el ritmo del libro) sobre la historia política, económica y social de la humanidad, donde la tiranía del heteropatriarcado en alianza plena con el capitalismo neoliberal, invade cualquier tipo de sentimiento, emoción u concepto vital, tal como expuso la escritora Kate Millet al afirmar que «todas las formas de desigualdad humana brotaron de la supremacía masculina y de la subordinación de la mujer, es decir, de la política sexual, que cabe considerar como la base histórica de todas las estructuras sociales, políticas y económicas».
Sobre estos dos planos, Aller, traza un retrato ciertamente costumbrista y urbano donde la naturalidad que confiere al devenir diario de la sociedad y su trato con el entorno recreativo y sexual, es otro de los aciertos de la novela, quien eleva su categoría en el retrato familiar de alta burguesía que traza y en todos aquellos aspectos que van lascando nuestro cerebro según vamos pasando con ansía devoradora las trescientas dos páginas de una novela realmente interesante, que te atrapa, conmociona, agita y emociona.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas
1 comentario
Lo único que recuerdo después de leerlo es que la protagonista se cortaba las venas y la llevaban al hospital. El resto no es más que un festival de adjetivos innecesarios y una historia hueca donde la palabra «nadería», que se la autora debe creer como de propio cuño, se repite hasta la saciedad. Ah, y del lesbianismo apenas encontraréis un par de páginas al comienzo y un par de páginas al final. Humo, como siempre.