Reseña Gallo de pelea de Charles Willeford
» El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates. «
André Malraux
Nunca me podía haber imaginado que me iba a sentir tan apasionado por un libro donde se describe con exquisito detalle los métodos de cría de gallos de pelea, las reglas imperantes en los reñideros y demás cuestiones referentes a esta práctica. Pues bien, Charles Willeford obra el milagro y gracias a esta arrebatadora novela (tanto en su lectura como en su escritura) lo ha conseguido y ha ido más allá.
Desde que uno lee frases como: «Pero no me arrepentía de nada. Para sobrevivir en este mundo, uno tiene que hacer lo que tiene que hacer» o, «Si existe algo más hermoso que la visión de un gallo bravo de pura raza a la luz más temprana de la mañana, yo no lo conozco», sabe que está ante una novela que le hará remover algo más que la conciencia. Inspirada en «La Odisea», Willeford plantea un relato memorable a través de un recio protagonista, el gallero Frank Mansfield, sobre el cual orbitan una serie de singulares personajes a los que la prosa del autor logra revestir de una cotidianeidad absoluta que traspasa los caracteres impresos para pasar a formar parte de tu realidad en lo que te lees la novela (en mi caso muy pocos días).
Una narrativa extraordinaria (la crónica del torneo de Florida por Tex Higdon es de una brillantez superlativa) en una historia de transformación personal y social de un personaje y de sus alrededores, donde el Sur de Estados Unidos se convierte en otro personaje más de la historia, logrando que tengas ganas de calarte un sombrero Homburg, mascar tabaco y salir a fajarte con todos esos titanes de Georgia, Florida, Jacksonville mientras asientes con firmeza lo escrito por Norman Mailer: «No creo que la vida sea absurda. Creo que todos estamos aquí para un gran fin».
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas
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