Crónica concierto Leiva en Murcia
No vale solamente con serlo, también hay que creérselo. Y en el más difícil todavía, hacerlo de una manera natural, nada forzada, sin excesos ni poses gratuitas con sabor a plumero descubierto. Leiva, tras años ofreciendo argumentos de sobra para reconvertir en fieles incluso a los detractores más pasionales, lo ha conseguido. Es uno de los creadores más geniales del panorama musical de nuestro país, y lo lleva siendo desde hace mucho tiempo. Muchísimo. El punto de inflexión, por situar el inicio de la carrera definitiva, fue ‘Aproximaciones’, el primer disco en el que Pereza redondeo todo lo que se intuía en los pasos previos. La confirmación en mayúsculas rimaba con ‘Aviones’, aún hoy, uno de los mejores discos de pop/rock facturados en lengua castellana en la última década, resultando una explosión de elegante creatividad que encontró su continuación en una carrera en solitario que llegó en el momento idóneo y con Leiva en un estado de inspiración absoluta. De esta manera, nos encontramos ante una trilogía formada por ‘Diciembre’, ‘Pólvora’ y el reciente ‘Monstruos’, marcada por un discurso confesional y descarnado que se combina a la perfección con la luminosidad melódica y el estribillo impecable. Una fórmula que, para redondear la jugada, termina de estallar en un directo que es puro incendio incluso en sus momentos más comedidos, un recital de primera categoría en el que las guitarras rugen con estilo y emoción, las voces despegan sin previsión de aterrizaje y las canciones se suceden vestidas de himno. ¿El último ejemplo? Auditorio Parque de Fofó.
Resumiendo, Murcia acabó en llamas. Y no hablamos de las temperaturas imposibles que sacuden a la ciudad cada verano, nada nuevo bajo el sol, sino de un concierto que confirmó las mejores expectativas. La Leiva funciona como un tiro en el mismísimo centro de la diana, Leiva está impecable e implacable y no hay tema que no termine convertido en celebración colectiva a nivel musical y emocional. Desde ‘El último incendio’, incluso mejor que en su estupenda versión de estudio, hasta el cierre perfecto con la visita inolvidable de la inagotable ‘Lady Madrid’, el concierto supuso una sucesión de grandes momentos que iban del éxtasis (‘Mirada perdida’, ‘Los cantantes’ o ‘Mi mejor versión’), al nudo de la garganta en su cita privilegiada con la medianoche, con Monstruos’, ‘Eme’ y una ‘Vis a vis’ tan desnuda como inolvidable a la cabeza. A su lado, las reafirmaciones. Porque, efectivamente, el tiempo no ha pasado factura al rugido de ‘Animales’, ha subrayado a ‘Aproximación’ como un clásico a lágrima viva y ha terminado honrando a ‘Como lo tienes tú’ con la corona de la reina. El pasado fundido con letras de oro en el aquí y ahora.
Un presente en el que las canciones de ‘Monstruos’ terminaron robando la función incluso a los estribillos más reconocibles. Imposible no vibrar con el estribillo perfecto de ‘La lluvia en los zapatos’; celebrar ‘Guerra Mundial’ y ‘Breaking Bad’ como los clásicos que ya son; reventar de rabia y emoción con ‘Electricidad’; destrozar las suelas y la garganta con ‘Medicina’ y sus guiños a Los Rodríguez, Sidecars y los propios Pereza; o corear ‘Sincericidio’ como si la vida te fuera en ello. Porque a Leiva y su banda les va. Y tú no puedes ser menos, no te lo permiten, te agarran por el cuello, te zarandean a base de rock and roll clásico y deslumbrante (‘Sixteen’, ‘Superhermanas’), te elevan hasta el infinito con melodías sublimes (‘Palomas’, ‘Miedo’) y riffs de medalla de oro (‘Terriblemente cruel’, ‘Ciencia ficción’), te convierten en parte activa de un concierto que es eso y mucho más. La demostración cegadora de músculo y corazón, compromiso y profesionalidad, ayer y mañana, sensibilidad y arañazo. Leiva y su Leiband son un valor seguro en el estudio y un valor extraordinario sobre el escenario. Ese hábitat natural de las fieras incapaces de caer de otra forma que no sea de pie. Y firmes.
Redacción: Alberto Frutos
Fotos: María Amoraga









