Dulces Tinieblas
Fabien Vehlmann y Kerascoët
Norma Editorial
Aviso a posibles lectores de esta (magnífica) obra gráfica: Dulces tinieblas es un tebeo duro, complejo y que, que bajo su cuidada y cautivadora apariencia gráfica, esconde una terrible, fascinante y sombría historia que mezcla lo macabro con lo surrealista para crear una narrativa cargada de simbolismo y reflexión. Con esto no deseo espantaros, deseo avisaros y animaros a haceros con una copia de esta obra, porque la agitación emocional y el golpe a la conciencia humana que exhuma este cómic merece mucho la pena.
La historia comienza con la muerte de una joven llamada Aurora, que se convierte en el catalizador de un peculiar relato. De su cadáver surgen diminutos personajes que viven en un mundo oscuro y boscoso, construido en torno a la descomposición de su cuerpo. Estos seres representan diferentes facetas de la personalidad humana, con cada uno mostrando características como el egoísmo, la inocencia, el poder, el miedo o la envidia. Mientras estos personajes luchan por sobrevivir en este microcosmos de crueldad y desintegración, se van revelando aspectos filosóficos sobre la condición humana, la supervivencia y la decadencia moral.
El tono de Dulces tinieblas es profundamente inquietante y pesimista. A primera vista, el ambiente parece estar impregnado de una belleza melancólica, con escenas naturales llenas de color y vida, pero pronto se descubre que bajo esta apariencia, la brutalidad y el sufrimiento son constantes. Este tebeo crea un contraste que impacta al lector, ya que combina momentos de inocencia infantil con escenas de violencia explícita, lo que otorga a la historia una atmósfera perturbadora que hace que cada vez que se pase una página se tenga la sensación de haber superado un reto para nuestra sensibilidad humana.
La obra juega con la estructura de los cuentos de hadas tradicionales, retorciendo sus tropos y revelando la crueldad que subyace bajo la superficie de estas narraciones. Los personajes no encuentran redención ni finales felices, y la naturaleza caótica del mundo en el que habitan refleja la visión nihilista del destino humano. El estilo gráfico de Morel refuerza este enfoque, con ilustraciones detalladas y evocadoras que capturan tanto la belleza como la fealdad de este universo en miniatura.
Dulces tinieblas no es una lectura para los débiles de corazón, pero para aquellos dispuestos a adentrarse en sus páginas, ofrece una reflexión oscura y poética sobre la fragilidad de la vida y la inevitable descomposición, tanto física como moral, de todo lo que creemos conocer.