Villanueva y “Gallo Negro”: un ritual sonoro entre la luz y la sombra
Desde sus inicios, Josete Villanueva ha sabido moverse entre la canción de autor y el rock con una identidad propia. Sin embargo, con Gallo Negro, su cuarto disco, da un salto arriesgado y ambicioso, construyendo una historia en la que la música y la narrativa se entrelazan. Este trabajo no es solo un conjunto de canciones, sino una experiencia sonora que nos transporta a un universo marcado por el misticismo, la transformación y el conflicto interno.
Una historia contada en actos
En lugar de seguir la estructura tradicional de un disco, Gallo Negro se articula como una ópera rock, dividida en una obertura, tres actos y un epílogo. A lo largo de diez canciones, el álbum nos cuenta la historia de un personaje atrapado en una maldición, que atraviesa diferentes etapas hasta su desenlace final.
El viaje comienza con “Veo tu nombre”, una pieza envolvente que introduce el ambiente enigmático del disco. Luego, el tema central, “Gallo Negro”, combina energía y ritmo con una fusión de cumbia y rock, recordando la crudeza festiva de Mano Negra. A partir de ahí, cada canción profundiza en los cambios internos del protagonista, explorando su caída, su lucha y su posible redención.
Un cruce de influencias entre lo clásico y lo fronterizo
Musicalmente, Gallo Negro expande los límites del sonido de Villanueva, incorporando elementos de música latina, americana y folk-rock. Las influencias se dejan notar en el uso de ritmos de ranchera, chacarera y cumbia, sin abandonar el carácter eléctrico y crudo del rock.
La producción, en manos de Juanma Latorre (guitarrista de Vetusta Morla), aporta un equilibrio entre tradición y modernidad. Además, el álbum cuenta con la colaboración de músicos experimentados como Ramiro Nieto en la percusión, Edu Martínez en teclados y Pepe Andreu en trompeta, sumando matices que enriquecen la profundidad del sonido.
Un directo que se adapta a cada escenario
Para trasladar Gallo Negro al escenario, Villanueva ha diseñado tres formatos distintos: acústico, en trío y con banda completa. Esta versatilidad le permite ofrecer una experiencia adaptada a diferentes espacios, manteniendo siempre la intensidad y el impacto emocional del disco.
Un disco que rompe con lo convencional
Más allá de ser un simple conjunto de canciones, Gallo Negro es una obra que invita a la inmersión, con una historia que atrapa y un sonido que desafía etiquetas. Villanueva firma aquí su trabajo más personal y arriesgado, un disco que no solo se escucha, sino que se vive.
Disponible en plataformas digitales. ¿Te atreves a entrar en su universo?.
Sylvia Bali