Reseña disco Viva Suecia «Otros Principios Fundamentales»
Un año más tarde, aquí estamos de nuevo. Vuelven Viva Suecia. Vuelven Rafa Val, Alberto Cantúa, Jess Fabric y Fernando Campillo. Vuelve el formato LP. Vuelven las grandes canciones. Pero no vuelve el sobresaliente. Llega la matrícula de honor. ‘Otros principios fundamentales’ no admite otra calificación más que la acompaña al entusiasmo y la ilusión de encontrarse por primera vez ante un conjunto de temas que saben que te acompañaran durante tanto tiempo como el que dura una melodía eterna, una letra que duele, una guitarra que araña, un bajo que atrapa o una batería que incendia cualquier ciudad interior. Once pequeños milagros que siguen transmitiendo el aroma a banda consagrada y que ahora, sin miedo, intentamos definir, o descifrar, uno a uno.
El trallazo inicial, ‘Piedad’, abre fuego con toda la energía melódica que esconde el mejor pop/rock, brillando con especial intensidad un estribillo que no acepta otro camino que el de la épica y el coro general. Ese que acompaña la grandeza de un tema que no necesitar prender la mecha antes de explotar. ‘El nudo y la espera’ sigue la racha con unas guitarras marca de la casa y un Rafa Val especialmente inspirado en el apartado vocal, anulando cualquier atisbo de timidez y atacando cada palabra con la seguridad de un titán. A continuación, ‘Nunca estamos solos’ comienza con ecos de ‘La fuerza mayor’, su anterior y más que notable trabajo, para terminar convertida en una odisea espacial de caos perfectamente controlado, de nervio sujetado por el cuello, de emoción desprendida de dudas. Todo funciona a la perfección en una canción en la que, una vez más, las letras están a la altura de la fantástica melodía. ‘¿Nos ponemos con esto?’, marcada por la contundencia de la batería de Fernando Campillo y el toque siempre elegante del bajo de Jess Fabric, y ‘La estrella de David’, con sus más de siete minutos de pura delicadeza, poesía eléctrica y maravillosa hipnosis, continúan dando lustre a un disco que llega a la mitad de partido con el triunfo asegurado bajo el brazo. Por si acaso, ‘Aprendemos a nadar’ lo confirma a lo grande, entregando uno de los mejores y más emocionantes estribillos del trabajo, uno de esos momentos en los que la lágrima termina por aparecer a base de honestidad y contundente sensibilidad. Y ahora hablemos de riffs.
Antes de nada, conviene señalar que la labor de Alberto Cantúa a la guitarra a lo largo de todo el disco es una absoluta maravilla, una demostración de talento constante y descarnado, entregado y comprometido, brillante y vigoroso. ‘A dónde ir’ es uno de los ejemplos más evidentes, un tema que, partiendo de una melodía vertiginosa, termina construyendo un himno para cantar a plena voz, suspirando y gritando de entusiasmo al mismo tiempo. Imposible resistirse. ‘Lo último que se pierde’, por su parte, ofrece un inesperado protagonismo al piano, instrumento sobre el que cae todo el peso de la canción más solemne y oscura de todo el conjunto y en la que destaca una interpretación vocal de primerísimo nivel, marca de la casa Val. Una seña de identidad que nos encontramos inmediatamente en ‘Vamos a hacer…’, un tema cien por cien Viva Suecia en el que brilla con especial intensidad una línea de bajo incontrolable que arrasa con todo a su paso, pulsando siempre la tecla correcta del desconcierto cautivador.
Perfecto anticipo para ‘Hemos ganado tiempo’, el single perfecto, el estribillo redondo, el entusiasmo general que transmite una canción nacida para reventar escenarios. Un punto y final perfecto que encuentro una guinda en ‘…que Esto funcione’, brillante idea conceptual que aporta a ‘Otros principios fundamentales’ un sentido más conceptual y global, la evidencia de estar ante una obra estructurada desde la coherencia más absoluta, sin cabos sueltos ni ideas desordenadas. El último golpe de efecto en un disco que señala con el dedo más insistente a Viva Suecia como banda sobrada de musas, repleta de inspiración, tocada por la varita del talento. Dejemos de hablar del futuro. Aquí, en este mismo disco, está el presente más inspirador y emocionante. No lo dejemos escapar.
Redacción: Alberto Frutos