Entrevista a la organización del Tomavistas
Tomavistas 2017: «No íbamos a hacer un festival al que no iríamos»
«Lo que puedas hacer o soñar, ponte a hacerlo. La osadía está llena de genialidad, poder y magia.»
J.W. Goethe
Imarú Aledo, Willy G. Blesa y José Gallardo son los tres osados, esforzados e ilusionados responsables de la puesta en marcha de uno de uno de los festivales musicales más atractivos de este año: Tomavistas. El evento que se celebrará el fin de semana del 19, 20 y 21 de mayo en el Parque Tierno Galván, celebra su tercera edición en un marco deslumbrante y con un cartel trazado con magna exquisitez y delicadeza; con relevantes cabezas de cartel y con una «letra pequeña» trufada de muy interesantes propuestas que despuntan, están a punto de despuntar o apuestas de poco predicamento por estos lares (como por ejemplo la recomendación que hace José Gallardo de Triptides, quienes se han convertido en banda sonora del que suscribe estas líneas desde ese día). Con motivo de la inminente celebración del festival, mantuve una charla con ellos en sus oficinas, donde la hospitalidad, el buen hacer, la fatiga propia de montar un evento de estas características, la seguridad y la confianza que transmiten esta tríada rezuma por todas partes.
1.¿En qué momento y cómo se os ocurre montar un festival?
Willy (W): Ganamos un concurso para montar dentro del hipódromo de la Zarzuela una serie de actividades con la intención de revitalizar este espacio y alejarlo un poco de los aspectos añejos que tiene este recinto así como su carácter un tanto elitista. De esta forma, la empresa que gano la gestión de la hostelería en ese momento estaba interesada en buscar otra empresa que pudiera activar el recinto a nivel conciertos. Entonces José y yo nos acercamos un día, después de ganar el proyecto y al estar allí, nos miramos los dos a los ojos y dijimos, ¡hostia! pues es un espacio fantástico para realizar un festival, por el propio espacio así como por ubicación, instalaciones, aparcamiento, etc.
José (J): Ya no era el hecho de que aquello pintaba a que podíamos hacer cosas chulas allí, sino que además en nuestras cabezas rondaba el mundo festival. No lo sabíamos en ese momento, pero ya rondaba. Nosotros nos conocimos en un Día de la Música celebrado en Matadero. Yo trabajaba en producción y algo de programación de ese festival.
W: Nosotros currábamos para UFI, en la tienda de la Plaza Matute. La dotábamos de contenido, conciertos, exposiciones y en una de estas, montamos una tienda de discos dentro del Día de la Música.
J: Ahí coincidimos y hubo muy buen rollo. Luego ellos me contrataron para trabajar en un ciclo de conciertos en el Mercado de San Antón y ya se estaba generando entre nosotros una sensación de hacer cosas juntos que no paro de crecer… Además, con nuestra experiencia, yo sentía la necesidad de crear algo nuevo y coincidió un espacio como el hipódromo de la Zarzuela nos daba ese punto de novedad, así que dijimos… ¡Vamos a montarlo!
W: ¡Blanco y en Botella!
2.Y de ese blanco y en botella, a lo que es montar un festival en Madrid… Hay un largo trecho.
Imarú: Hombre entre nosotros siempre ha habido la osadía de «¡vamos a por ello! Nunca nos hemos pensado las cosas mucho más allá de hacer lo que queremos a hacer. De ir a por ello con valentía.
W: De hecho si no hubiésemos tenido esa osadía, no estaríamos aquí. Eso está claro. Ese arrojo u osadía, llámalo como quieras, combinada con mucho curro y mucha energía nos llevó a montarlo.
I: Tampoco existía una oferta de este tipo en Madrid.
J: Realmente vinimos a sustituir el vacio que se iba a provocar tras la cancelación del Día de la Música. Tras eso vimos que no había nada más. Detectamos esa necesidad y creímos que podíamos diseñar algo chulo que pudiera funcionar. A esto, hay que sumarle que buscábamos salir de los espacios habituales de Madrid, porque en aquel momento no se podía utilizar prácticamente nada municipal, dada la política de la anterior corporación municipal, así que tenías Matadero o el campus de la UCM.
W: Y Matadero con las limitaciones tremendas que tenía. Así que veíamos que era muy difícil acometer una producción cara en un espacio donde tienes que terminar a las once de la noche.
J: Así que había que agudizar el ingenio para encontrar un espacio y no repetir los mismos. Entonces, ahí estaba el hipódromo.
I: Fue una edición mágica.
W: Era un espacio especial y por desgracia no pudimos continuar allí por diferentes motivos. Al año siguiente (2015) estuvimos buscando espacios en Madrid con una serie de características determinadas, principalmente que tuviera zonas verdes. Un lugar donde el público disfrutara de los conciertos y de la zona, de la familia, ese tipo de cosas… Nos dimos la vuelta entera a la ciudad.
I: Miramos todos los auditorios de Madrid.
W: Pero era año de elecciones y la música en directo en Madrid era una patata caliente absoluta. En ese momento, al comprobar que no podíamos hacerlo, decidimos continuar con la marca Tomavistas en salas. Le dimos vida a Tomavistas Ciudad; once conciertos desde entonces. Esa fue la estrategia que buscamos para que la marca no caducara, no muriera , que la gente que estuvo en el hipódromo continuara con esa buena sensación.
Hasta que un día, hace dos años, llegamos al Tierno Galván. Yo personalmente no lo conocía, pero nos enamoramos de tal manera…Es un parque que, dentro de la almendra central, después del Retiro es el más grande. Lo vimos, contemplamos las posibilidades que albergaba, el verde que tenía y con el cambio de gobierno fue algo definitivo. Entendieron que había un déficit muy potente en cuanto a festivales en la ciudad, así que licitamos la actividad y logramos celebrar la segunda edición del festival. Cuidando muy mucho la producción, la línea artística, en definitiva, Tomavistas es un producto diferente que atiende a esos huérfanos de la ciudad que se han quedado sin festivales en Madrid y que ya no quieren viajar a otros lados e busca de este tipo de eventos o que no quieren ir a macrofestivales de cincuenta mil personas. Una especie de festival «boutique» o Festival de autor, para una audiencia inquieta, no muy grande, pero que eso sí, sintoniza con este punto de vista.
3.Una vez que abrís este recinto, se han realizado otros eventos musicales allí, ¿ser pionero se penaliza?
J: Sí.
W: Sí, porque al final eres como una especie conejillo de indias.
J: Se penaliza previamente, porque todo lo que es abrir la institución, que se siente contigo para este tipo de asuntos es súper costoso. Tienes que invertir muchísimo trabajo en encontrar a las personas que sean tus interlocutores. Una vez que ya lo has conseguido, penaliza el hecho de tener que acometer una producción en ese espacio cuando lleva sin hacerse algo ahí mogollón de tiempo. Todo el tema de licencias, saber con quién hay que hablar de cada departamento.. .Todo eso es un trabajo que nosotros hicimos por primera vez el año pasado y ese esfuerzo se penaliza. Entiendo que los que vienen después ya vienen con una estructura más clara, ya saben con quién tienen que hablar y todo se gestiona mucho más rápido.
I: Toda institución es lenta. Tiene sus procesos y cuando estamos hablando de un gobierno nuevo y de una actividad nueva en la ciudad sobre la que no hay costumbre, todo lo ralentiza un montón, pero sí que es cierto que por parte de la institución van en pro de este tipo de cosas y poco a poco las ganas de trabajar en pro se van notando.
4.En estos años de festival, el arco artístico ha ido variando poco a poco. Se nota una apertura musical hacia un tipo de público más heterogéneo aún siendo conscientes de cual es vuestra base principal.
J: La esencia se mantiene y se nota, porque hablas de grandes nombres como Goldfrapp pero están también Baywaves que estuvieron el primer año en el hipódromo. Es cierto que este año hay una línea que hemos superado a nivel contratación. También era nuestro objetivo. El año pasado The Wedding Present fue cabeza de cartel de nuestro festival; esa misma banda luego actúa en el Café Berlín y eso es algo que te hace pensar. Y bajo esa reflexión llegamos a la conclusión de crecer a nivel contratación, sobre todo internacional. Era una propuesta que salió de una reunión y decidimos que iba a ser así y una vez que te metes en ese otro perfil de contratación puede pasar cualquier cosa. Siempre marcando las líneas de nuestros gustos musicales, de nuestra forma de pensar de cómo tiene que ser un cartel de un festival ideal para nosotros como público. No íbamos a hacer un festival al que no iríamos.
5.Respecto al cartel de esta edición, llama positivamente la atención la apertura hacia otros estilos, como puede ser el caso de la inclusión de C. Tangana , ¿ esta va a ser una línea de futuro para el Tomavistas?
I: Creo que el año pasado estuvimos muy enfocados en un estilo muy claro pero este año hemos visto un poco entre todos que había que ofrecer algo más, porque en un festival tienes momentos en que te puede apetecer un poco de todo: botar, estar tranquilo, escuchar algo mientras comes… Es un festival, son muchas horas de música y creo que hay que variar la oferta. En el hecho de C. Tangana, la reacción que has tenido tú la ha tenido mucha gente que es fan del festival, que nos ha seguido desde el principio y nos dice: «Que bien poder ver a este tipo aquí».
W: Porque de otra manera es probable que a lo mejor no compres un ticket para verlo en sala.
J: Nos tenemos que adaptar a los tiempos. Yo he estado viendo Coachella, que no es mi festival preferido ni referente, pero flipé con que el 50% de la programación es electrónica y hip-hop y eso ya está diciendo algo. Hay nuevas tendencias musicales que hay que atender y que también nos gustan. Somos gente muy abierta a la hora de las cosas que nos gustan. Tomavistas es un poco ese reflejo.
W: La solvencia que tiene C. Tangana no nos la inventamos nosotros. Es un autor que tiene admiradores en la parte electrónica y en la parte hip-hop. Es decir que aúna.
I: De hecho no ha habido ninguna crítica cuando lo anunciamos. Además hay una cosa que a nosotros nos gusta mucho y que repetimos y es que Tomavistas es un festival para descubrir.
W: Somos carne de festival. Hemos ido a muchos festivales y mola ir a uno en el que conozcas al 50% del cartel y el otro tanto te sorprenda. Por ejemplo este año hay apuestas como Jeremy Jay al que le siguen poco más de mil personas en Facebook y es espectacular. En esa letra pequeña hay muchísimas cosas muy solventes que la mayor parte de la gente no conoce y que al final va a decir ¡hostia, pues tenían razón estos tíos al programar a este tipo de artistas!
J: Hay que arriesgar y luego ya valoraremos los resultados, pero hay que arriesgar.
6.¿Algún grupo que os hubiera gustado tener y al final no ha podido ser?
J: Unos setenta… Solo hablando de internacionales. Unos setenta grupos que podían haber estado y que hubieran sido todo guindas. No quiero decir con eso que con lo que tenemos no lo sean, pero ha habido opciones muy tochas para este año.
I: Bueno, nosotros estamos creciendo a nivel contratación internacional. Lo hemos hecho nosotros directamente, en este caso, José y hay que demostrar una solvencia para conseguir a algunos grupos, no van a cualquier sitio.
W: Estamos encantados con el cartel. Es espectacular. Es nuestro mejor cartel sin lugar a dudas, pero es verdad que es muy complicado trabajar a determinados niveles por diferentes circunstancias, porque algo que tú crees que puede funcionar a nivel cartel, público, pues no se puede.
I: También hay que pensar en las fechas de gira de cada banda. Nosotros estamos en una época en la que no es gira festivalera. Estamos en gira de salas para muchos grupos.
W: Hay bandas americanas que no abren gira hasta junio o julio.
7.Para concluir ¿qué bandas recomendáis no perderse este año?
I: Quentin, jajajajaja…
J: Jajajaja… pero eso decirlo vosotros…
W: Una de las paradojas de este año es que, lo guay, es que muchísimos artistas, casi todos los cabezas de cartel que están estrenan disco. León Benavente acaba de sacar un Ep, L.A. es el primer bolo potente que hace en Madrid, y en internacional, Goldfrapp ha sacado disco hace nada, Hercules también…
I: Creo que nosotros tenemos que recomendar la letra pequeña o la letra mediana, porque lo otro está claro.
W: La solvencia que pueda tener Goldfrapp en directo esta fuera de toda duda, pero ver por ejemplo a Alien Tango ahí disfrazados es un gran punto…
8.Correcto, reformulo la pregunta, ¿de esa letra pequeña que bandas creéis que en breve pueden dar el salto a otro nivel?
J: Kokoshca
I: Kokoshca me gusta mucho. Los vi en el Premio Ruido y me encantaron
W: Pavvla. Es un escándalo como canta.
J: ¿Puedo decir dos? Triptides. Un grupo de Los Ángeles que pasaba por ahí y es flipante. Es uno de los que más ilusión me hace tener, la verdad.
Tan solo falta una semana para que la tercera edición de Tomavistas eche a andar. Estoy impaciente e ilusionado, el listón del año pasado estuvo muy alto, pero estoy convencido que este años lo van a rebasar. Se lo merecen y Madrid también, porque, como dijo el escritor argentino José Narosky: «Los valientes también temen. Pero siguen avanzando».
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas