Entrevista a Camellos
El largo de debut de los madrileños Camellos dispara contra todo y todos los elementos de la cultura pop posmoderna, en todos sus ámbitos y acepciones (centrándose sobre todo en el entorno político, social, laboral y económico). Quince rafagas de power-pop festivo, reivindicativo y sardónico. Una epopeya crítica sobre lo cotidiano, lo mundano, lo necesario y lo olvidado bajo un tono sinfónico que transita entre el garaje, el lo fi, lo amateur a todas horas. Pasa saber más de este disco y de la propia banda os dejamos con la siguiente entrevista.
- Antes de nada, ¿podéis hablarme del entorno musical de vuestras familias?¿Eran hogares donde se escuchaba o tocaba música a menudo?
En nuestras casas no ha habido nunca gente haciendo música, más que el hermano de alguno, pero sí mucho disco y radio sonando. Podíamos oír en un mismo día (teniendo en cuenta que somos de orígenes muy diferentes) desde The Clash hasta Carlos Gardel, pasando por música tradicional americana, Beatles, Nina Simone, Antonio Vega, mil. Eso lo agradecemos, aunque nuestras madres y padres siempre lo hicieron por su propio disfrute, aparte de vernos cantando
- ¿Qué discos os animaron a dedicaros a la música?
No sabríamos decirte discos, aunque sí estilos o corrientes. La fuerza del punk nos entró desde pequeños, desde el hardcore hasta la «versión suave» británica de los 70-80. La música negra, de la Motown al R&B acelerado, también nos picó fuerte, al igual que corrientes más recientes (del siglo XXI) de la «música alternativa» americana e inglesa. Decir «alternativo» es detestable, pero ayuda quizá a identificar a ciertas bandas, por el uso masivo del término que se ha hecho durante años.
- ¿A qué suena Embajadores ? ¿En qué os habéis inspirado para hacer estas canciones?
Para nosotros suena a una mezcla de sentido del humor y rabia, dotados de temática que nos rodea. Sin embargo, esperamos que suene a soplo de aire fresco para mucha gente. Cuando nos habéis preguntado por «discos» que nos animaron a hacer música ya hemos desvelado algunas influencias, pero habría que vivir en el estado español del año 2017 y no tener ningún futuro brillante ni venir de ninguna familia favorecida para entenderlo, aunque sí la capacidad de afrontarlo con optimismo y mala hostia. Por eso, creemos que la mayoría puede sentirse identificada aquí y allá, dentro del disco.
- ¿Cuál ha sido vuestra mecánica de trabajo a la hora de componer y grabar este disco?
En CAMELLOS, Fernando y Frankie (los cantantes) suelen traer melodías, a las que Jorge y Tommy suelen redondear ritmos y bases melódicas, unos cimientos claros y armoniosos. En el local suelen surgir la mayoría de letras, en base a frases que hemos pensado o conceptos que nos han cabreado o hecho gracia en los últimos días. Somos muy de tomar notas, mentales o en papel. Una vez en el estudio, Javier Ortiz (de estudio Brazil) fue muy claro: «tirad tomas, estar tranquilos y encontrar exactamente el sonido que os guste. Una vez ahí, yo pondré pegas pero respetaré al máximo el directo que me hagáis en la habitación (del estudio).» Por tanto, el disco está orientado al directo, aunque intentando cuidar detalles para que se disfrute al máximo en casa, en el coche, en el móvil, etc. Sin embargo, el disco tiene imperfecciones, fruto de nuestra grabación espontánea y de nuestra clara intención de no engañar a nadie. Así somos, así sonamos, aunque siempre podemos mejorarlo
- ¿Cómo se siente un autor una vez que su obra va a ser lanzada al público?¿Es más satisfacción personal o miedo a lo que pueda pasar?
Miedo no tenemos, ya que lo hacemos sin una intención inicial de hacernos ricos o de fijar «una fama». Obviamente, nos encantaría dedicarnos a la música y ponemos en ello mucha energía, cosa que puede comprobar cualquier en nuestros directos. Antes del disco ya sacamos tres EPs autoeditados, y los temas ahí tuvieron muy buena aceptación, lo que nos llevó a incluirlos en «Embajadores» (LP). Hoy en día, sacar un disco aquí es una lotería, por mucho esfuerzo que le pongas, si no tienes ayudas. Y nosotros, hablando claro, venimos de tan abajo que no tenemos casi ni una. Dicho esto, sentimos que a equis gente le gusta lo que hacemos, con lo que eso estimulante suficiente para salir fuera a tocar, honrar Madrid (la ciudad en la que vivimos) cada vez que tocamos aquí y querer seguir sacando cosas y aceptando lo que nos ofrezcan. No puedes preocuparte demasiado por cómo van a ir las cosas cuando no estás enchufado o no tienes padrino alguno: sencillamente, sería masoquista. Estimularte con las buenas críticas y lo bien que se lo pasa el público, eso sí.
- ¿Cómo os planteáis el directo?
Nosotros tocamos muchas canciones en cada concierto, aunque no llevemos el ritmo frenético incontrolado clásico del punk. Intentamos no hablar mucho para no dejar en evidencia nuestra verborrea, aunque sí interactuamos y hacemos partícipe a la gente de las vivencias universales que creemos que algunas canciones retratan. Nosotros no somos extremadamente serios en directo, aunque eso no quiere decir que sea un desparrame chapuza: la gente paga por ver un concierto y espera un buen show, y a eso vamos. Plantear una noche en la que la gente olvide un poco todas las hostias que les caen en el día a día, pero sin olvidar que esas hostias están ahí, aunque no deberían.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas