El Inmortal Hulk
Al Ewing, Joe Bennett, Lee Garbett, Martin Simmonds, Rafa Fonteriz,
Panini Cómics
A finales de agosto, Panini publicó el cuarto tomo de El Inmortal Hulk. Una serie de cómics escrita por Al Ewing y dibujada principalmente por Joe Bennett, que revitaliza al personaje que en España ha sido conocido tradicionalmente como La Masa, pero que gracias al reflote experimentado por las exitosas películas, ahora conocemos como Hulk.
Dicho lo cual, Al Ewing se fija el audaz objetivo de dar una nueva vuelta a este legendario personaje y para ello explora una vertiente profundamente perturbadora. Publicada por Marvel Comics a partir de 2018, esta serie explora una faceta más oscura y filosófica del gigante verde, acercándose más al género del terror que al de la típica acción superheroica.
La premisa gira en torno a una nueva revelación sobre Hulk: no puede morir. Incluso si Bruce Banner es asesinado, Hulk siempre regresa (el celebérrimo eterno retorno), lo que lo convierte en una especie de inmortalidad monstruosa. Desde el comienzo, el cómic establece este tono sombrío al mostrar a Banner siendo asesinado solo para resucitar como Hulk al caer la noche. Este giro no solo le da al personaje un aire más siniestro, sino que permite a Ewing explorar cuestiones profundas sobre la vida, la muerte y la naturaleza de la monstruosidad.
A lo largo de la serie, se aborda la dualidad entre Banner y Hulk de maneras nuevas e intrigantes. En lugar de ser simplemente el alter ego furioso de Banner, Hulk es presentado como una figura más astuta y calculadora, un ser con su propio intelecto y motivaciones. La relación entre los dos personajes se convierte en un juego psicológico que refleja el conflicto interno del ser humano: ¿Qué parte de nosotros es verdaderamente la monstruosa?.
El arte de Joe Bennett (y del resto de dibujantes dado lo extensa de la historia) complementa perfectamente el tono de la narración. Sus ilustraciones son crudas y grotescas, llenas de detalles macabros que hacen que Hulk se vea más como una fuerza de la naturaleza o un dios vengador que como un simple superhéroe. Las secuencias de horror corporal y los momentos de transformación de Hulk están llenos de imágenes impactantes, reforzando la atmósfera opresiva del cómic.
Además, la serie introduce personajes secundarios interesantes, como el regreso de viejos aliados y enemigos, todos impactados de alguna manera por la inmortalidad de Hulk. La exploración de conceptos metafísicos, como la puerta verde y la conexión de Hulk con algo mucho más grande y cósmico, lleva la serie a niveles inesperados de complejidad narrativa. El Inmortal Hulk no es solo una historia de acción, sino una meditación sobre el miedo, la culpa y la redención.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas








