Ángel Stanich estrena single, Poquita Fe, otro adelanto de su próximo trabajo
Un travieso juguete bailable que se edita como tercer single adelanto de su inminente cuarto álbum de estudio.
Tras aquella “nana radiactiva” que fue Os traigo amor, y después de la huida hacia lo esencial en He ido más allá, Ángel Stanich regresa con una nueva pieza que funciona como un pequeño relato con aroma de fábula moderna. Poquita fe no pretende imitar la literatura profunda ni convertirse en una parábola al estilo de Alice Munro; al contrario, se mantiene fiel al universo del músico: un cuento breve, ácido y surrealista donde un ángel —¿mensajero, salvador, confidente?— conversa con un protagonista que encarna a esa multitud silenciosa que sobrevive a la rutina sin demasiadas expectativas.
A primera vista, brilla su carácter inmediato, casi contagioso, vestido con un sonido Synth-pop y New Wave que invita al movimiento. Pero bajo esa apariencia ligera se esconde un entramado más complejo: un cruce imaginario entre dos ficciones televisivas separadas por décadas. Por un lado, aparece José Ramón, personaje central de la serie Poquita fe (2023-), interpretado por Raúl Cimas; por otro, la sombra amable de Michael Landon en Autopista hacia el cielo (1984–1989), donde encarnaba al ángel Jonathan Smith. La mezcla es tan improbable como sugerente, y sirve de punto de partida para la nueva creación de Stanich.
El tema se presenta como una parábola animada sobre el desánimo contemporáneo, una lectura que parece señalar un paisaje emocional deteriorado, tanto a nivel generacional como social. Esa sensación colectiva de apatía, de resignación, de vivir instalados en “planes cavernarios”, aparece aquí reflejada con ironía y desparpajo. Ni siquiera la llegada de un ángel consigue recomponer el caos cotidiano de ese protagonista que, atrapado entre la desgana y el cinismo, continúa avanzando sin rumbo claro. “Comfortably Numb”, que dirían Pink Floyd, flotando como eco inevitable.
Fiel a su estilo, Stanich construye un texto abierto a múltiples interpretaciones. Aunque la letra se alimenta directamente de los sucesos de la primera temporada de la serie Poquita fe, el músico incorpora guiños temporales y culturales de todo tipo, como si viajara en un DeLorean narrativo cargado de referencias. Entre las sombras del relato asoma el espíritu de Michael Landon, pero también aparecen homenajes discretos a Radio Futura, menciones a Alcalá Norte, un guiño al Morgan Freeman de Como Dios, evocaciones al universo de Hayao Miyazaki, e incluso un eco humorístico que recuerda al célebre “mejor peor, mejor” atribuido a Mariano Rajoy. También hay espacio para J’hayber, la clásica marca española de zapatillas, convertida aquí en símbolo de una existencia sencilla pero con personalidad.
La grabación de Poquita fe tuvo lugar principalmente en Estudio Bien, excepto las pistas de batería registradas en Ton y Son. La mezcla corrió a cargo de Juan Torán, también en Estudio Bien, mientras que la masterización fue realizada por Hugo Valverde. La producción la firman el propio Ángel Stanich junto a Torán, consolidando una alianza artística que potencia el carácter singular del tema.








