Reseña disco Tachenko “Misterios de la canción ligera”
«La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y no puede quedar en el silencio».
Victor Hugo
Resulta de obligada mención expresar un doble agradecimiento al comienzo de esta reseña: Por un lado, hay que agradecer a Tachenko su inquebrantable fe en el Pop. Esa fe que les lleva a grabar un disco donde revisitan antiguos temas en formato acústico y entregan dos nuevas canciones de supina inspiración: Nuestra especialidad y la excepcional Armagedón (clásico instantáneo). Por otro lado, hay que agradecer el denuedo esfuerzo del sello discográfico Limbo Starr en la carrera de la banda zaragozana, por publicar estas piezas de orfebrería sinfónica y melódica.
Tras el agradecimiento, turno ahora para explorar con oído sensitivo y emocional los doce cortes que, en cuarenta minutos, componen una obra de épica intimidad y sensibilidad. Tras las dos nuevas y exquisitas composiciones, Tachenko revuelve en su cajón musical y nos entrega diez temas reformulados a través de un tamiz acústico vehiculado a través de sus inconfundibles voces, donde se observa la primacía de temas extraídos del majestuoso Los años hípicos (en la que sobresale No hay nieve en Saint Moritz) y las canciones de alto calado emocional procedentes del Esta vida pide otra (Medio normales, El rey del balón). A destacar la versión de refulgente intimidad realizada con Mundo Apache.
En suma, una obra altamente evocadora, necesaria y complementaria, donde la belleza de las composiciones desborda las pistas de audio para instalarse en el corazón de todo aquel que tenga el coraje, la valentía y la honestidad de escuchar este (y todos) los discos de Tachenko que hacen bueno lo dicho por Nietzsche de «sin la música, la vida sería un error».
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas







